En el corazón de las Alpujarras,
un viaje en el tiempo

Vista general de la Alpujarra granadina en el barranco del río Trevélez./ Foto Joaquín Mayordomo Mirábamos al cielo y este se encendía. A cada segundo que pasaba, cien estrellas más. Hasta que la noche desplegó sus alas y todo fue un campo de luz centelleante: millones de pequeñas luminarias nos mantenían hipnotizados, provocando nuestro asombro……

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Bailando por Grazalema

Caminar, subir, bajar, saltar de risco en risco… Para el montañero, marchar campo a través o por esas sendas intrincadas de las sierras de Grazalema, en las que no hay ni diez centímetros de suelo confortable para que encuentre el pie acomodo, es como practicar la danza. El viajero de las cumbres ha de ir…

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El placer de caminar por las piedras

En la cumbre del Fardalejo, 1.407 metros, en el Parque Natural de Grazalema./ Foto J. Mayordomo Nada más bajar de los coches en el área recreativa de la Covezuela, en Villaluenga del Rosario, provincia de Cádiz, algunos correkas desaparecieron. Cuando la mayoría del grupo se puso en camino –esa veintena de habituales que suele acudir…

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De alacranes y otras aventuras

Recuerdo aquel verano, de niño, cuando los amigos íbamos a cazar alacranes al teso de la Bastarda, una ladera orientada al oeste, cubierta de rocas y maleza, donde el sol achicharraba a todo lo que caía por allí. Con sumo cuidado, levantábamos cada piedra y allí estaba él, ¡el alacrán! El ser más peligroso que…

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No me gustan las películas que dan susto

Correcaminos en la cumbre del pico Ventana./ Foto Joaquín Mayordomo “No me gustan las películas que dan susto”, dijo Maruja. Y nos reímos. Hablábamos de cine, de literatura, de gastronomía… Juan Carlos está hecho un cocinitas. Incluso… –nos cuenta– ha asistido a algunos cursos. “¿Le echáis canela al dulce de membrillo? ¿Hinojo?”, pregunta ahora, indagando….

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Y el sol se paró en Tentudía

Nosotros no paramos el sol, pero lo hubiéramos hecho si lo hubiésemos considerado necesario como le ocurrió al capitán Pelay Pérez Correa, de la Orden de Santiago. Él así lo creyó y no tuvo reparo en dirigirse a la madre de Dios –que casualmente ese día andaba por allí– para pedirle que detuviese al astro…

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