Y el sol se paró en Tentudía

Nosotros no paramos el sol, pero lo hubiéramos hecho si lo hubiésemos considerado necesario como le ocurrió al capitán Pelay Pérez Correa, de la Orden de Santiago. Él así lo creyó y no tuvo reparo en dirigirse a la madre de Dios –que casualmente ese día andaba por allí– para pedirle que detuviese al astro…

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Los ‘Doce del Mojón’

Hubo ciertos momentos en la aventura montañera del sábado (abrir una vía nueva para llegar el Mojón Alto) que pensé que estábamos interpretando, con apasionado realismo, Los desnudos y los muertos, novela cumbre de Norman Mailer, de la que también se hizo una película. La leí hace mucho tiempo, pero con frecuencia me vienen a…

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Por un puñado de migas y otros animales

A los montañeros el ruido les asusta; y más las aglomeraciones. Por eso, quizá, el último sábado solo ocho correkas acudimos a la cita. Nos lo tomamos con humor; y aún temiendo lo que podía suceder en la excursión programada en la sierra de Aracena, nos fuimos para allá. Más que un día de montaña…

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Lo que queda de ‘la Nueve’

Primero fue el caos; el nubarrón que perturba a este grupo de amigos, y que le persigue como si fuese la peste o una maldición. Luego comenzamos a subir sin pararnos, sin concedernos descanso en ese deseo de ahuyentar el mal fario; trepábamos. Habíamos partido desde el sendero que nace al lado del cementerio de…

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Fabi, el perro enamorado

Me llamo Fabi y soy un perro. Cada sábado salgo al monte por las sierras de Aracena, Grazalema, Ronda…, donde se tercie, que nunca se sabe cómo pueden acabar las excursiones que programa esta gente del club de los Correkas, a las que mi dueño Aurelio me lleva. Siempre hay un circuito previsto, un camino…

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En un día de invierno

Llovía a cántaros. Mi padre me había llevado con él para que le hiciese caraba mientras cuidaba las vacas. Entonces no había alambradas por todas partes como ahora; solo los terratenientes podían permitirse cerrar sus fincas con tapias de piedra. Llovía a cántaros. La tarde moría y nosotros estábamos en el valle que hay al…

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El camino que hablaba de la amistad y los sueños

 Suelo acordarme de los sueños y, esta mañana,  al despertar, en mi cabeza bullía este cuento: Un grupo de correkas –no me preguntéis quiénes, no sabría deciros– tratábamos de venderle a un tal Francisco, el Pajarero (tampoco sé quien era, solo recuerdo que estaba rodeado de pájaros) una pila de cajas de chirimoyas, algunas castañas,…

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Bailando sobre las alambradas

Fue como un juego al principio. Éramos 25; cinco venían por primera vez. A ver por dónde cruzamos el arroyo del Cupil… ¿Por aquí? No, por allí… No, no, por este otro lado… Parecíamos una reata de hormigas perdidas en medio de la broza de la huerta intentando encontrar el viejo camino que nos llevase…

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