La España vacía vista por una vaca
Cuando yo era chica, es decir, una ternera de meses, me pasaba el verano esperando a mi madre la Pinta –yo me llamo Jarda– para que me diera de mamar. La pobre vaca, o sea, mi madre, no tenía tiempo para nada; trabajaba de sol a sol como si fuera una esclava. Recordad que entonces…