Embobamiento y fundamentalismo
He salido a la calle esta mañana de buena hora y he visto cómo media Sevilla, por no decir la Sevilla (casi) entera –miles y miles de sevillanos: niños y niñas, jóvenes y jóvenas, que diría aquélla; adultos, ancianos…– caminaban apresurados, luciendo sus mejores galas, para ocupar “un lugar de privilegio” desde el que mirar,…