¡Bendita ilusión!

  He ido a caminar al parque de María Luisa a la puesta del sol –por allí andábamos cuatro gatos– y, a la vuelta, curioso y con ganas de recibir algo de calor humano, he decidido mezclarme con mis semejantes después de varios días encerrado en mi cueva. Y he descubierto que, digan lo que…

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