La razón es subversiva por naturaleza y podría conducir a la revolución
El sábado, 3 de febrero, la excursión a la Sierra de la Silla resultó ser un entrañable juego de equilibrios. Convivencia y diversión. En la cumbre, mientras Marta le hace fotos al grupo, este, a su vez, la fotografía. Nada altera esa armonía que esta piña de amigas y amigos celebra en lo más alto….
Viento, fuego, fuerza de la naturaleza… Así era él. Un hombre solo, que buscaba caraba enseguida cuando, a la hora del almuerzo, dejaba la yunta de bueyes en la punta de la besana y se apresuraba a ir a almorzar con los demás labradores que, como él, estaban arando la tierras. Luego volvía a la…
Fuerza, amistad y energía. Belleza. Risas y libertad… No importa el orden de los términos porque, como en los cócteles, las palabras se mezclan aquí, propiciando un cuerpo uniforme, para, al fin, conformar lo que es una pasión: ¡La pasión por la montaña! Correcaminos… Dícese de ese ave de costumbres terrestres, aunque a veces realice…
Mi padre rebulló, tras un breve arribalbo* a las diez de la noche, y preguntó si todavía había sol. Pero el sol, oficialmente, se había puesto cuatro horas antes; además, no lo habíamos visto en todo el día; no había parado de llover. –¡Pero… padre… que van a dar las uvas! –le dije mientras me…
En Nochebuena, el móvil echaba humo. Campanillas, lazos y flores, corazones palpitando de amor. Guirnaldas, ramitas de acebo, besos y espuma de sentimientos ardiendo. Videos ingeniosos, tonterías, y muchas frases huecas… En Nochebuena la televisión era un caldero de amor y pamplinas, merengue de palabras y sonrisas de celofán. Con tanto amor, yo moría de…
CONTAROS que he empezado a hacer yoga –y comentar lo que hago, y mí entusiasmo por tal experiencia– porque creo que frente a este mundo de ruidos, prisas innecesarias, aturdimiento, compra, compra, compra, vocerío, mentiras y abuso de poder por todas partes… BIEN MERECE LA PENA aprender a RESPIRAR y poner atención en lo que…
En el verano de 1973, si la memoria no me falla, nada más llegar a Ginebra (Suiza) contacté con algunos colegas anarquistas que me condujeron a una reunión clandestina. No me pregunten el lugar ni quienes estaban, aunque creo recordar la presencia de Julio Álvarez del Vayo. En aquella “asamblea”, de la que guardo recuerdos…
El avión se eleva entre relámpagos y truenos, dando bandazos, zarandeado por el viento, y nosotros, pesarosos aún por no habernos quedado algún día más en Mongolia, lamentamos la precipitación y la inoportuna tormenta. Podríamos estar ahora recibiendo al sol en la estepa, observando el despuntar del alba a la puerta de una yurta… Pero…
No hago más que darle vueltas… Vi, hace unos días, La Librería, de Isabel Coixet y, sin detenerme a analizar la calidad de la película –que, en mi opinión, la tiene, está bien hecha y merece la pena verse–, me detendré en el argumento que, como la vida misma, hinca sus raíces en lo esencial…
La primera imagen de Mongolia que conservo en la retina es una tienda de campaña plantada en medio de la estepa; luego, en la inmensidad difuminada por la niebla se suceden otras más, solas o agrupadas; son las yurtas, el hogar blanco y redondo de los nómadas mongoles que, como ocurre con las plantas silvestres,…