Una postal para un pensamiento

Miro por la ventana y apenas distingo unos árboles sumergidos en la niebla; los muros de piedra vencidos por el paso del tiempo y el portón derruido en el prado de Laude, espejo del inevitable abandono a consecuencia del “progreso”. Los postes de la luz que van al Lugar de Jesús como muestra de que…

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El gallo despertador

Puntualmente, con la precisión del samuray en el ritual del harakiri, el gallo Pipo, ojito derecho de la beata Rosalinda, entona su primer quiquiriquí a las seis menos diez de la mañana. (Lo he cronometrado)               Repite el canto cada doce segundos. Ocho veces. Luego descansa un minuto más o menos y entona cuatro veces…

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A tres grados bajo cero

Es inevitable recordar, al mirar por la ventana, aquellos días de infancia cuando mi madre nos arrebataba del sueño y nos sacaba de la cama a mi hermano y a mí, casi a rastras, para que mi padre –que nos había “puesto deberes” para antes de ir a la escuela– no se enfadase si, ante…

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