Inocentes del Conde, el pueblo feliz

En el pueblo de Inocentes del Conde la gente vivía feliz haciendo camisas. La fábrica que un día montara el alcalde, don Salustiano del Campo y Ribera, Conde de Yeltes, con la ayuda de las fuerzas vivas del pueblo y de otros financieros amigos, marchaba viento en popa. Lógicamente, en la comarca no había paro….

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La novia, guapa y sencilla

La novia tenía mucho que mejorar, aunque no era fea. Si acaso, deslucía en ella el sutil cuerno de carnero que poseía por nariz, que la afeaba un poco y que, según por donde le llegase la luz, hacía sombra a aquel vello –una especie de campo de alfalfa rebrotado–, que refulgía verdoso marrón, tirando…

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