Madeira, el jardín vertical infinito
2. Por carreteras imposibles
Efectivamente, en el momento de embarcar, en el último control, la azafata se pregunta, al igual que el que suscribe –a todas luces, ilegal y clandestino en ese momento–, cómo ha podido llegar hasta allí un sujeto sin una prueba tangible que le acredite. Lógicamente, la azafata no se fía del DNI que le muestro…