Por la sierra de Líjar
Hay un rincón en algún lugar de la mente, o tal vez en el corazón, donde se guardan las emociones más dulces, no las más trascendentes, no, sino aquellas que al recordarlas nos traen la sensación de placer permanente, un regusto de dulzura anclado en nuestro inconsciente. Esa es la sensación que nos queda tras…