Madeira, el jardín vertical infinito
3. Acantilados y el bosque de laurisilvas
Amanece un día radiante bajo un parasol de neblinas. En Villa Camelia no se ve el cielo. ¡Ay, el día…! Parece tan triste… Pero unos kilómetros más abajo, junto al mar, luce un sol radiante. Ahora sabemos que estamos sobre una colina en la que la niebla se enreda perenne; casi eterna. Cuando bajo…