En el arcón de la España vacía
9. A la Guardia Civil
no le gustan los peces
no le gustan los peces
Un agudo relincho rasgó la quietud a la hora de la siesta quebrando el ensimismamiento en el que nos habíamos sumido. Encantados por la abundancia de peces que saltaban en el charco, trajinábamos a destajo, ajenos a todo lo que nos rodeaba. No había más paraíso en la tierra para nosotros que aquella poza de…