El Señor de las Cabras, aventura en el Zurraque
Fue llegar allí, a la explanada de Los Álamos, y esponjársenos el alma. Sonreíamos contentos ante el día luminoso que teníamos por delante. Nos calzamos bien las botas, pertrechamos cinturón, ropa de abrigo y mochila, tomamos los bastones y allá nos fuimos ufanos en pos de la misteriosa escarihuela que nos subiese más arriba, hasta…