Elegía del guerrero
(En la muerte del padre)
Viento, fuego, fuerza de la naturaleza… Así era él. Un hombre solo, que buscaba caraba enseguida cuando, a la hora del almuerzo, dejaba la yunta de bueyes en la punta de la besana y se apresuraba a ir a almorzar con los demás labradores que, como él, estaban arando la tierras. Luego volvía a la…