No hago más que darle vueltas… Vi, hace unos días, La Librería, de Isabel Coixet y, sin detenerme a analizar la calidad de la película –que, en mi opinión, la tiene, está bien hecha y merece la pena verse–, me detendré en el argumento que, como la vida misma, hinca sus raíces en lo esencial del ser humano… Como siempre, esta también va de buenos y malos.
Una mujer amante de los libros decide abrir una librería en una casa en ruinas de un pequeño pueblo inglés para la que una dama aristocrática y poderosa tiene otros planes. ¿Quién gana? Para saberlo tendrán ustedes que ver la película si no la han visto. Y no den por sentado que la victoria queda clara… No, no, la vida, ya se sabe, está llena de matices. Lo que sí resulta transparente y cristalino es la Maldad (con mayúscula) que algunas personas llevan dentro; ese veneno inoculado por los genes que les convierte en seres abyectos.
Y de MALDAD quería aquí hablaros:
El pasado domingo se celebró en Salamanca una manifestación contra la mina de uranio a cielo abierto que la empresa australiana Berkeley quiere explotar en varios pueblos del Campo Charro. Asistieron a ella, según distintas fuentes nada sospechosas de parciales –la cadena SER, entre otras– unas 2.000 personas. ¿Acaso hubo un acontecimiento más notable ese día, en la capital salmantina, que esta manifestación? Probablemente, no… Una manifestación con la que tampoco, por supuesto, era obligado estar de acuerdo… ¡Pero no hablar de ella en el único medio escrito que haya en la ciudad –La Gaceta– parece tal acto de desprecio y de maldad que uno no sabe cómo calificarlo! La Gaceta podría haber informado… arrimando el ascua a su sardina, que es lo que hace siempre, y ya hubiese “cumplido”. Podría haber citado el evento en una nota breve… Pero ignorar la manifestación es tirar piedras contra el propio tejado. ¡Di algo, estúpida! Que negar las evidencias es negarte a ti misma! No seas como el avestruz que ante el peligro inminente esconde la cabeza! Ya, pero es que yo, La Gaceta, informo de quien quiero, como quiero y sobre lo que quiero… Claro, claro, pero entonces no te califiques como un periódico, sino pon en tu mancheta que eres un libelo.
En resumen, La Gaceta Regional de Salamanca no destila otra cosa que MALDAD.
Y cierro el círculo: como en la película La Librería, quienes luchan contra los que quieren acabar con la vida en el campo salmantino, envenenar sus ríos, a su ganadería y a sus gentes, han de tener presente, siempre, siempre, que la MALDAD EXISTE y que los poderosos no cejarán nunca de extender sus tentáculos para que esta, ¡la MALDAD! cubra la tierra hasta oscurecerla con tal de llevar adelante sus planes.
Aún así, siempre habrá alguien que siga queriendo abrir una librería… Es decir, que la MINA NO se abra porque amamos la vida. Ese es nuestro sueño. ¡Y los sueños no pueden robárnoslos!
Vi la pelicula de Isabel Coixet y tambien la recomiendo
Que pena y rabia siento cada vez que leo que la mina de uranio terminará siendo una apocalíptica realidad.
Lo de La Gaceta ha tenido un comportamiento vil y canalla.