Allá los muertos, ¡que les den!

Esto es lo que parece sentir el PP y todos los que en este partido tienen voz.

El objetivo es echar a Sánchez, han dicho. Y en ello andan. Aunque tengan que envenenar a Europa, en ello andan. La paz y los consensos, la negociación y los acuerdos les importan un comino. Quieren el poder al precio que sea. Incluso, “convictos y confesos” (que lo niegan) de que, si el Gobierno de la Generalitat (PP) hubiese actuado correctamente, se hubieran evitado, quizá, dos centenares de muertos. ¡200 muertos menos, santo Cielo! Y lo sabe bien Mazón, al que desde el aciago día no le llega la ropa al cuerpo. Y lo saben los que gruñen por ahí echando espumarajos y mentiras por su hocico. Pero no hay manera. Hay que echar a Sánchez como sea, aunque para ello haya que quemar la tierra y destruir España, ¡su España!

¡Y a los muertos que les den!

España, piensan, es su finca y la tienen ya en el bote. Porque son tantos los medios de comunicación y los recursos financieros y estamentos con los que cuentan para replicar y difundir las mentiras que sueltan a diario, las burradas, falacias e invenciones… que cuando hablan, uno parece oír la palabra de Dios. Aunque este no exista. Da lo mismo.

Acaba el Tribunal Supremo de confirmar las corruptelas de la Gürtel o las obras con pago en negro de su Sancta Sanctorum (sede del PP en la calle Génova, Madrid) y en ese mismo instante el señor Feijóo y adláteres piden la cabeza de su adversario político… ¡Por corrupción, cómo no!  ¡Con qué autoridad se expresan! Sin fisuras ni complejos. Hace unos días, sin ir más lejos, un diputado popular acusaba a Teresa Ribera de ser la máxima responsable de la DANA y de estar gestionando “sus asuntos” en Bruselas mientras Valencia se ahogaba en el agua. ¡Hala, “sus asuntos”! Y se queda tan fresco. ¿Pero no es asunto y tema del Gobierno y, en definitiva, de España, que Ribera sea vicepresidenta de la Comisión en la Unión Europea?

Pero, ¡cuidado! que a veces apretar tanto la tuerca supone pasarse de rosca. Recuerden lo que les pasó a Aznar con los atentados del 11M. ¡De ETA…! ¡Son de ETA! ¡De ETA!, dijo; juró y perjuró, aunque estuviera meridianamente claro que el atentado era obra de grupos islamistas. Pero ellos siguieron, tozudos, con el bulo. Luego la gente se enfadó y los mandó a la mierda. Votó a Zapatero.

Pues ahora podría ocurrir lo mismo. Porque se están pasando, ¿no? Yo no sé si los valencianos son conscientes de que, si Mazón se hubiese levantado aquella mañana y, tomando conciencia del peligro que se avecinaba, se hubiese puesto al mando de la situación, se contabilizarían ahora tantos muertos. Cuando se den cuenta de ello y dejen de hacer caso al ruido y a la furia que ha desencadenado el PP para ocultar sus miserias (Mira que lleva a Europa el tema, ¡ya es el colmo!), puede que cambien de criterio. Y entonces a Feijóo le ocurrirá cómo a Aznar. Eso si no lo echa antes, la angelical Ayuso.

Es tan obvio que la responsabilidad máxima de lo sucedido es de Carlos Mazón, que hasta el más necio se da cuenta. Atribuirle a Teresa Ribera la ineptitud e incompetencia del señor Mazón es pretender que los españoles (salvo los hinchas del PP) comulguen con ruedas de molino.

Sí, a los muertos que les den.

Es lo que parece pensar y sentir el Partido Popular. Pero… si los muertos volvieran por aquí, estoy seguro que se tirarían en masa al cuello del señor Carlos Mazón, el ínclito presidente de la Generalitat de Valencia.

 

Nota final.-

Este texto, escrito hace dos días, hoy es ya más viejo que Matusalén; tal es la obsesión de los populares por echar a Sánchez. La jauría no está dispuesta a soltar la presa. Sánchez, vete ya. ¡Vete, vete!

Porque la diarrea del mudo Aldama delante del juez Ismael Moreno no tiene otra explicación. Es de traca. Cierto es que hay ovejas negras en todos los rebaños. Por lo que se sabe, Ábalos y Koldo son de estos engendros, pero de ahí a ser verdad lo que ha soltado el susodicho y como lo ha dicho…

A poco que uno sea perspicaz, la impresión que saca es que esto huele a elemental conspiración… Igualito, igualito que lo ocurrido con el semen recogido en la falda de la becaria Lewinsky.

Mas no olvidemos a los muertos; aunque, a esos, ¡a esos que les den!, parece ser el mantra del PP.

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