Una charanga recorre las calles de Salamanca.
El ritmo frenético y el retumbar de tambores despiertan la curiosidad de la gente. ¿Quiénes son esos “hippyosos”, esos niñatos… que no nos dejan vivir en paz? ¿Por qué hacen tanto ruido? ¿Es que ya no se respeta a las personas decentes?
Mire señora, estamos aquí porque a 70 kilómetros de su casa (¡a 70 kilómetros solo, piénselo bien!) están arrancado un bosque centenario de encinas (¡más de 30.000!) para abrir una mina de uranio que si vienen mal dadas y el viento sopla hacia Usted puede llenarle la casa de radioactividad y veneno y a Usted, sí, a Usted, puede pasarle lo mismo que le sucedió a su canario ¿recuerda?, cuando comió la hoja de lechuga sin lavar que le dio y murió de repente. ¿No lo recuerda? Pues eso mismo puede pasarle a Usted.
¡Ay, Dios no lo quiera!
Ni Dios ni nadie podrá impedirlo ni evitarle el peligro que corre, si Usted no se implica.
¿Implicarme? ¿Qué es eso?
Pues, para empezar, dejar de apoyar con su silencio a los que bajo el disfraz del traje y la corbata (esos que Usted considera gente de bien y de orden, que admira) le chupan la sangre, casi sin que se dé cuenta. Le pongo un ejemplo: El Gobierno que tenemos ahora en España, la Junta de Castilla y León, Iberdrola…, ¿sabe?, esa empresa que le vende a Usted la luz a precio de oro, la empresa minera australiana Berkeley y alguna que otra persona de esas que Usted considera “de bien”, han hecho un pacto, ¡un pacto sí, un pacto!, para repartirse un tesoro. Un pacto porque dicen que en Retortillo, ¿sabe dónde está Retortillo? ¿No? Pues entérese… Porque lo tiene aquí, al lado. Han hecho un pacto, le decía, para destruir una tierra hermosa y llena de vida, pues creen que debajo de las encinas hay riqueza… ¡Riqueza que será para ellos, no crea que le van a dar algo a Usted!
Y no la canso más, que luego se aburre…
Pero debería, al menos, pensar en lo que le he dicho. Estos chicos que Usted casi desprecia…, bueno, sin casi. Estos chicos puede que tengan razón. Piénselo.
Si mi lo permite, solo quisiera recordarle que la apertura de la mina es una mala noticia para la vida de los canarios. Incluso, puede que también lo sea para Usted. Bueno, y para todos. Porque, al paso que vamos…