La novia, guapa y sencilla

La novia tenía mucho que mejorar, aunque no era fea. Si acaso, deslucía en ella el sutil cuerno de carnero que poseía por nariz, que la afeaba un poco y que, según por donde le llegase la luz, hacía sombra a aquel vello –una especie de campo de alfalfa rebrotado–, que refulgía verdoso marrón, tirando…

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