En un día de invierno

Llovía a cántaros. Mi padre me había llevado con él para que le hiciese caraba mientras cuidaba las vacas. Entonces no había alambradas por todas partes como ahora; solo los terratenientes podían permitirse cerrar sus fincas con tapias de piedra. Llovía a cántaros. La tarde moría y nosotros estábamos en el valle que hay al…

Seguir leyendo