Amor, pasión… y el líder muerto

––Te aseguro, Ana, que no hay nada más hermoso, más sublime en el mundo que esa mañana de abril, cuando con doce, trece años… sales a la calle y te encuentras a esas flores, a esos ramilletes de mujeres vestidas de negro, ofreciendo el canalillo, níveo y carnoso como los pétalos de una gardenia, incitando…

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